NAHUI OLIN. EL PRESENTE PROYECTO CINEMATOGRÁFICO ES UNA PRODUCCIÓN INDEPENDIENTE AL REALIZADO POR EL IMCINE y el EFICINE.
Hace cien años, en el México de 1893,, nació la historia apasionada de una mujer muy especial y diferente a las damas de su época: María del Carmen Mondragón Valseca, alias Nahui Olin.
Diego Rivera, Tina Modotti, Pita Amor, José Vasconcelos, Edward Weston, políticos, artistas, puritanos, fueron testigos de la vida de la escritora, pintora, y modelo que sacudió a la sociedad mexicana con las fotografías artísticas de sus desnudos. Fue hija del controvertido General Manuel Mondragón, autor de la Decena Trágica en nuestro país. El famoso pintor y vulcanólogo, el Dr. Atl se ahogó en la mar de sus ojos verdes, y ambos hicieron del Convento de la Merced, la hoguera de su pasión ardiente y desenfrenada. Sus cartas de amor y odio, los cuadros de pinturas que dibujó con sus parejas posando desnuda, toda su vida, nos hablan de una mujer brillante, diferente a la cuál la sociedad la mitificó como el «Fantasma del Correo Mayor».
El presente guion cinematográfico es una bio ficción de María del Carmen Mondragón Valseca alías Nahui Olin. Personajes como Diego Rivera y Frida Kahlo, los castigos de la madre Mercedes Valseca, cuando era niña, así como sucesos en la historia de México, nos ayudan a descubrir el contexto en el cual vivió.
Aunque hayan pasado más de tres décadas desde aquel 23 de enero de 1978, no he muerto. Sigo paseándome terrible y sensual, por las calles de mi querida Alameda.Pero ahora tú, que me ves a través de estas líneas, siéntate a mi lado, y déjame acariciarte con mi historia, la cual comienza un 8 de julio de 1893…
Curiosamente debo decir, que de acuerdo con mi naturaleza cósmica y cinéfila, nací el mismo año en que Thomas Alva Edison, inauguró el Black Mary Studio, el primer estudio cinematográfico en Nueva Jersey, Estados UnidosComo toda familia burguesa mexicana, estudié en Europa, el centro del mundo en aquel entonces. Mi educación inició cuando mi padre, el General Manuel Mondragón, fue comisionado para viajar a Francia en 1897, para perfeccionar el estudio del “Fusil Mondragón.
A los diecinueve años, me casé con un guapo cadete que mi padre me eligió como esposo. Su nombre era Manuel Rodríguez Lozano. Mi boda se celebró el seis de agosto de mil novecientos trece en la iglesia del Buen Tono en la ciudad de México, la misa fue oficiada por el arzobispo José Mora del Rio. Todos suponían que este cadete extinguiría mi tormentosa y salvaje lubricidad. Años después de viajar a España, él me acusó…. ¡Le dijo a mis padres que en un ataque de ira y locura por no satisfacer mis deseos sexuales, yo había matado a mi bebé! Pero… Pero la verdad es otra… Manuel Rodríguez Lozano, cadete militar, pintor, artista, mi esposo… Él jamás me hizo el amor…A él, le gustaban los hombres… Y yo… aún casada, seguía siendo virgen.
El veintiocho de julio de mil novecientos veintiuno, paseaba con mi esposo Manuel por la Alameda, cuando Atl, se acercó a nosotros, se quitó el sombrero y nos saludó. Le correspondí con una sonrisa y brevemente recordamos aquella agradable velada con la señora De Almonte. Muy nervioso nos invitó a ver “sus cosas de arte” en una vieja mansión ubicada en la calle de Capuchinas número 90, la antigua Academia de San Carlos. Mi esposo se percató del sutil coqueteo hacia mí; cortésmente, agradeció la invitación, me tomó de la mano y nos retirarnos.
-Bien, conozco esa reputación que tiene ese hombre de “agitador”. – Me decía Manuel, mientras caminábamos aprisa.
Atl, me invitó de nuevo a visitar su casa. El volcán estaba a punto de hacer erupción. Hasta ese entonces, mis únicos momentos de libertad era cuando escribía mis cartas, desnuda bajo la luz del sol; mis anhelos estaban eclipsados por la figura de mi padre y la voluntad de mi esposo. Aquel breve galanteo en la Alameda y mi débil sonrisa, iniciarían la historia de dos inadaptados.
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